
(Pienso y Recuerdo)
Pienso de manera aleatoria, pienso al azar. Pienso en retomar lo que escribía dos años atrás y me da vértigo. No he cambiado apenas.
Recuerdo calles en las que viví y pensar que puedo volverlas ha ver no me reconforta, preferiría mantenerlas en el pasado, así las glorifico. Fueron mis calles y ya no lo serán. Un día caminé por ellas sintiéndolas mías, hoy vivo alejado. Tan alejado que parecen un sueño. Recorrerlas de nuevo me da miedo, puesto que correría el riesgo de matar los recuerdos. Recuerdo a mi abuela la última vez que pisó Barcelona y recuerdo que dijo que no quería volver jamás. Entonces no lo pude entender, y ahora siento lo mismo que ella sintió. Los lugares que un día fueron míos y nunca más lo serán los convierto en recuerdos, puesto que revivirlos es peligroso, se puede matar los sentimientos. Desde la insignificancia de aquellas calles vería morir la grandeza de un feliz pasado. No volveré jamás.

La prostituta de paisano se aproxima por la calle, lo que el matrimonio de ancianos no saben es el servicio de calidad que puede ejercer. Los ojos del hombre se retuercen a su paso, no hay duda de que sabe mirar sin ser visto. Lo que ignora es mi privilegiado puesto de observación.
En su paseo la prostituta se cruza con un matrimonio joven con hijos pequeños, ahora es la puta la que fuerza el ojo al mirar sin ser mirada.
Yo sigo en mi apartamento escucho viejos discos y pienso en lo que quiera pensar.
Por mi calle pasan hombres viejos y no tan viejos, fornidos negros, amables vendedores, entregadas prostitutas etc.
Montañas de libros se podrían escribir con tanto devenir de personajes. No vivo en una calle céntrica ni suburvial.
La sombra de las palomas recorre el asfalto en silencio lo cierto es que el calor será otra vez el tema de conversación.
Por el momento no tengo intención de vivir solo, es posible que resultara difícil después de tantos compañeros en mi vida, no termino de formarme como vividor , el camino es largo y necesita compañeros.

Hoy me gustaría acompañar en su jornada a un simpático repartidor del extrarradio de Madrid, posiblemente mañana o después sueñe con asistir a la fiesta del estreno de la película de Steve Mcqueen “Bullit”, seguramente me sentaría con Jacqueline Bisset, y agitaría la cabeza al escuchar en directo la banda sonora.
Creo que una historia interesante necesita muertos , intriga y grandes tramas internacionales , lo que ocurre es que no creo que por aquí haya nada de eso, quizás solo en la imaginación de cualquiera de mis vecinos sobre todo de esos encerrados en si mismos y con pinta de no tener novia. Se que me baso en clichés, y que la realidad es diferente cualquiera podría ser como te imaginas que es cualquier otro.
Supongo que todos somos ecuaciones, porcentajes de suerte, mala suerte, salud, amistad, de malas experiencias, buenas experiencias. Todo esto junto que unos genes que reaccionan de una forma u otra.
Lo malo es querer ser lo que no son tus genes.
Pero creo que toda nuestra vida, nuestras obligaciones y diversiones no entienden de genes, que relación existe entre nuestra memoria genética y tener que ir al banco, a la oficina del paro o a misa.
Tener un carácter más o menos preparado para adaptarse al medio dependerá de todo. No los mejores han llegado siempre a lo más alto.
Las preguntas incontestables del hombre son siempre las que nos hacen pensar en nosotros como animales ininteligibles, tal vez estas preguntas sean los mecanismos que sirvan para observarnos.
Como le sentará a los genes el hecho de que vivamos en el mundo de lo subliminal, puesto que vivimos en un mundo en el que existe una cosa llamada televisión que sirve para que todos tus impulsos más profundos se vean reflejados de manera subliminal, sin darte otra opción que al consumo como forma de apaciguar esa desazón que sienten millones al desear y no conseguir. Tal vez y digo tal vez, mis genes más bien vagos y carentes de ambición sean los genes aptos ante tanto espíritu depredador. Me considero nihilista por sentirme engañado y vago por negarme a ser un símbolo más.
En mi mundo puedo añorar las mañanas frías y soleadas del extrarradio de Madrid vistas desde una furgoneta o desde el mismísimo arroyo, nuestro cuerpo en este mundo ocupa un espacio reducidísimo y la mente puede ocupar el infinito.
Creo que una historia interesante necesita muertos , intriga y grandes tramas internacionales , lo que ocurre es que no creo que por aquí haya nada de eso, quizás solo en la imaginación de cualquiera de mis vecinos sobre todo de esos encerrados en si mismos y con pinta de no tener novia. Se que me baso en clichés, y que la realidad es diferente cualquiera podría ser como te imaginas que es cualquier otro.
Supongo que todos somos ecuaciones, porcentajes de suerte, mala suerte, salud, amistad, de malas experiencias, buenas experiencias. Todo esto junto que unos genes que reaccionan de una forma u otra.
Lo malo es querer ser lo que no son tus genes.
Pero creo que toda nuestra vida, nuestras obligaciones y diversiones no entienden de genes, que relación existe entre nuestra memoria genética y tener que ir al banco, a la oficina del paro o a misa.
Tener un carácter más o menos preparado para adaptarse al medio dependerá de todo. No los mejores han llegado siempre a lo más alto.
Las preguntas incontestables del hombre son siempre las que nos hacen pensar en nosotros como animales ininteligibles, tal vez estas preguntas sean los mecanismos que sirvan para observarnos.
Como le sentará a los genes el hecho de que vivamos en el mundo de lo subliminal, puesto que vivimos en un mundo en el que existe una cosa llamada televisión que sirve para que todos tus impulsos más profundos se vean reflejados de manera subliminal, sin darte otra opción que al consumo como forma de apaciguar esa desazón que sienten millones al desear y no conseguir. Tal vez y digo tal vez, mis genes más bien vagos y carentes de ambición sean los genes aptos ante tanto espíritu depredador. Me considero nihilista por sentirme engañado y vago por negarme a ser un símbolo más.
En mi mundo puedo añorar las mañanas frías y soleadas del extrarradio de Madrid vistas desde una furgoneta o desde el mismísimo arroyo, nuestro cuerpo en este mundo ocupa un espacio reducidísimo y la mente puede ocupar el infinito.
Partimos de la base de que saber estar solos es nuestra obligación.
Si en ocasiones el metro huele como el excalestric que tenia de niño y encontrar mi mujer parece ser imposible nada ha de importarme.
Sueño con que me cae desde un avión un maletín lleno de millones y que me los gasto casi todo en un dia.
Pienso que cada día soy más insensible y creo que es en venganza por las cosas terribles.
Temo a las cosas terribles que están por llegar.
Creo que si espero cosas muy buenas esperar también la rabia es de listos.
Me da mucha rabia recordar antiguos momentos, en principio banales, como si de momentos de otras personas fueran
Me recuerdo muy niño en una pequeña carretera, en la cuneta el agua de lluvia creaba pequeños charcos y dentro cientos de renacuajos Vivian engañados. El calor y la falta de previsión de lluvia los había condenado.
Recuerdo que salvamos muchos, pero también que después me di cuenta de lo insignificante de la hazaña, debido a la cantidad de charcos malditos que había.
Creo que por allí nació mi desprecio a sentir y mi temor a las cosas terribles.
Desde entonces lucho por no sentir y hubo un tiempo que no conseguía evitarlo, pero ahora estoy mas preparado.
Me obsesiona pensar en la posibilidad de que en pocos metros de calle se vivan experiencias tan dispares como la alegría de quien aprobó unas oposiciones y la desgracia de una señora que muere repentinamente sola mientras su familia está de vacaciones. No puede evitar sentirme como su hijo de 12 años que hecha de menos a su madre por que se quedó ha trabajar.
Tampoco soporto la idea de la vorágine de las ciudades del mundo, consumiendo al unísono.
Odio el pesimismo!!!!
Si en ocasiones el metro huele como el excalestric que tenia de niño y encontrar mi mujer parece ser imposible nada ha de importarme.
Sueño con que me cae desde un avión un maletín lleno de millones y que me los gasto casi todo en un dia.
Pienso que cada día soy más insensible y creo que es en venganza por las cosas terribles.
Temo a las cosas terribles que están por llegar.
Creo que si espero cosas muy buenas esperar también la rabia es de listos.
Me da mucha rabia recordar antiguos momentos, en principio banales, como si de momentos de otras personas fueran
Me recuerdo muy niño en una pequeña carretera, en la cuneta el agua de lluvia creaba pequeños charcos y dentro cientos de renacuajos Vivian engañados. El calor y la falta de previsión de lluvia los había condenado.
Recuerdo que salvamos muchos, pero también que después me di cuenta de lo insignificante de la hazaña, debido a la cantidad de charcos malditos que había.
Creo que por allí nació mi desprecio a sentir y mi temor a las cosas terribles.
Desde entonces lucho por no sentir y hubo un tiempo que no conseguía evitarlo, pero ahora estoy mas preparado.
Me obsesiona pensar en la posibilidad de que en pocos metros de calle se vivan experiencias tan dispares como la alegría de quien aprobó unas oposiciones y la desgracia de una señora que muere repentinamente sola mientras su familia está de vacaciones. No puede evitar sentirme como su hijo de 12 años que hecha de menos a su madre por que se quedó ha trabajar.
Tampoco soporto la idea de la vorágine de las ciudades del mundo, consumiendo al unísono.
Odio el pesimismo!!!!