
Realmente creo que si puedo ofrecer un texto original cualquiera que lea este blog lo valorará más. Es decir, más que mis opiniones escritas mientras como bollos con té.
Este texto está escrito por Adam Parfrey escritor de referencia obligada en el contexto de la cultura moderna. Está extraído del libro “Cultura del Apocalipsis” edición Adam Parfrey y editado por Valdemar Intempestivas.
En el podemos encontrar infinidad de textos suyos y de otros autores muchos de ellos inéditos o solo publicados en medios underground, fanzines y prensa radical, que más allá de la variedad de sus propuestas, cuestionamientos y reflexiones, revelan un pensamiento apocalíptico común, nacido a contracorriente de las grandes avenidas del pensamiento único. En resumen, se trata de un cajón desastre con textos sobre conspiraciones, confesiones de asesinos en serie, integrismo religioso, teorías catastrofistas en mi opinión un largo elenco de lo que podríamos llamar la cara oculta de nuestra cultura.
Pues bien, lean aquí uno de los textos que más me ha impactado.
EUGENESIA: LA CIENCIA HUÉRFANA
Adam Parfrey
Se suele considerar que la eugenesia es una ciencia falsa que empezó con “Mein Kampf” y acabó con los experimentos del Dr. Mengele. No es así. La “planificación familiar” y la “ingeniería genética” son los actuales equivalentes eufemísticos, y, como veremos, los eufemismos son a menudo una forma de matarte suavemente con una nueva canción. (Juego de palabras con Killing me softly with his song, cantada por Roberta flack en 1973)
La eugenesia es la aplicación práctica de la teoría genética para fortalecer el material genético de la especie humana (eugenesia positiva) o para eliminar la escoria genética (eugenesia negativa). A finales de siglo, la eugenesia se vendió como un imperativo moral. Para las amas de casa y esposas de la época, la eugenesia significaba una toma de conciencia de la salud aplicada de una forma positivista y dirigida por la ciencia. Para los científicos sociales, la eugenesia era una forma de incrementar la calidad de la humanidad semejante a la cría de razas de ganado más resistentes. Los supuestos resultados serían benéficos: un constante incremento de la inteligencia del hombre y una disminución del crimen y los defectos de nacimiento. Muchos estados americanos se mostraron a favor de la eugenesia, promulgando leyes de esterilización para los físicamente no aptos. A finales de los años veinte, muchos millares de deficientes mentales y de criminales violentos se habían sometido a la esterilización obligatoria, en lo que supuso una incursión científica y legislativamente aprobada en el reino de la sociología preventiva.
A mediados de los años treinta, sin embargo, la eugenesia fue convirtiéndose cada vez más en sinónimo de racismo y de seudo ciencia. Las hostilidades con Alemania se estaban incrementando, y la política racial de los nazis era vulnerable a la propaganda aliada ya que tanto americanos como británicos se sentían amenazados por las alusiones a la superioridad racial teutónica. Aparecieron grandes cantidades de tratados y libros antinazis, ridiculizando el mito del superhombre ario. Es irónico observar, sin embargo, que los Tribunales de Población alemanes sólo estaban imitando la política eugenésica americana.
Ya en 1930, Hitler revela a su consejero económico Wagener:[Otto wagener, Hitler: Memoirs of a Confidant, 1985, Yale University Press]
Eugenesia = odio racial se convirtió en una ecuación difícil de deshacer en un país de odiadores de los hunos. Pero en los años veinte, los eugenista aceptados no tardaron en distanciarse de aquellos que, como Madison Grant y Lothrop Stodard, promocionaban teorías de superioridad racial nórdica derivadas de De Gobineau.escribió el profesor Frank hankins en Evolution in Modern Thought, intentando salvar la ciencia eugenésica al mezclarla con los eslóganes del crisol americano. Hankins y sus colegas científicos no consiguieron mantener viva la llama. Hacia 1940, los fondos para investigación y esterilización legales menguaron hasta detenerse, y el ideal eugenésico de una nación llena de genios y libres de imbéciles se convirtió sólo en un recuerdo que se desvanecía.
Al repudiar la genética aplicada, sin embargo, surgió una tiranía de naturaleza muy diferente. El anuncio de Grigori Lysenko a finales de los años treinta de que no existen los rasgos hereditarios, que todos los rasgos están determinados por el entorno, abrió el camino para la reorganización del espíritu ruso a imagen y semejanza de Iosiv Stalin. El rechazo de las teorías de la herencia hizo más fácil que los gobernantes soviéticos esperasen lealtad inquebrantable a las fuertes inoculaciones de dogma comunista. Aldous Huxley y otros escritores de ciencia ficción pintaron cuadros de pesadillas eugenésico-tecnológicas, de resplandecientes cadenas de montaje posparto con pezones de acero inoxidables incluidos. (En una época posterior de su vida, Huxley descubrió que el proceso de crianza {sin regulación} podría ser una pesadilla mucho mayor).
En los EE UU, una teoría de la inteligencia basada en el entorno proporcionó la base legal para demandas de racismo contra instituciones que utilizaban la prueba del cociente intelectual y el SAT en las que los asiático-americanos y los blancos puntúan mucho más alto que los hispanos y los negros. El igualitarismo encontró su respuesta en los programas de igualdad de oportunidades, y no en una ciencia que hablaba de ventajas y desventajas genéticas. No hay una imagen más aterradora para el liberal civil que la visión de un estado embriagado con las escrituras del darwinismo social.
Después de la II Guerra Mundial, en la estela del sentimiento antinazi generalizado, científicos respaldados por la UNESCO como el antropólogo Ashley Montagu inundaron las librerías, las universidades y los centros académicos con libros como Man´s Most Dangerous Myth, una denuncia descalificadota del {fascismo de las gónadas}. Más recientemente, la antorcha antieugenésica ha sido recogida por periodistas-científicos como Stephen Jay Gould (The Mismesure of Man), Allen Chase (The Lagacy of Malthus) y Daniel Kevles (In the name of Eugenics). Sus volúmenes refutan, en la tradición de la propaganda americana y británica antinazi, las premisas morales (y las verdades científicas) de la eugenesia. Kevles concluye en su libro: {… cuantos más expertos se han vuelto los científicos genéticos, más han erosionado la autoridad de la costumbre moral en el comportamiento médico y reproductivo}.
El confuso papel de la UNESCO respecto a la eugenesia (primero a favor, luego en contra) merece la pena ser observado, ya que describe como se orienta la regularización del nacimiento en una u otra dirección únicamente con intenciones políticas. G. Broca Chisholm, antiguo director de la organización Mundial de la Salud, articulaba el aparente objetivo de la UNESCO: {Lo que la gente en todas partes debe hacer es practicar el control de los nacimientos y el mestizaje para crear una sola raza en un solo mundo bajo un solo gobierno} ( revista U.S.A., 12 de agosto de 1955). Una afirmación como la de Chisholm demuestra que una versión de la eugenesia más acorde con los ideales humanistas se disculpa bajo la rúbrica de la libertad sexual y la igualdad racial, mientras que los objetivos de los primero eugenistas de mejoría intelectual y moral de la especie siguen siendo malditos como si fueran diabólicos.
En el libro, después de esto encontramos una recopilación de textos en orden cronológico defendiendo el control eugenésico. Textos de Bertrand Russel, Darwin, Hitler, Havelock Ellis, Dr. Alexander Graham Bell, Platón (La república), Antiguo Testamento (números 12:1), entre otros.
Solo citaré la lista de paises que aprobaron la legislación de la esterilización: 1907-1931Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Estados Unidos, la ciudad libre de Danzig, Suiza, Inglaterra, Bermudas, Canadá, Méjico, Japón, Alemania.
Este texto está escrito por Adam Parfrey escritor de referencia obligada en el contexto de la cultura moderna. Está extraído del libro “Cultura del Apocalipsis” edición Adam Parfrey y editado por Valdemar Intempestivas.
En el podemos encontrar infinidad de textos suyos y de otros autores muchos de ellos inéditos o solo publicados en medios underground, fanzines y prensa radical, que más allá de la variedad de sus propuestas, cuestionamientos y reflexiones, revelan un pensamiento apocalíptico común, nacido a contracorriente de las grandes avenidas del pensamiento único. En resumen, se trata de un cajón desastre con textos sobre conspiraciones, confesiones de asesinos en serie, integrismo religioso, teorías catastrofistas en mi opinión un largo elenco de lo que podríamos llamar la cara oculta de nuestra cultura.
Pues bien, lean aquí uno de los textos que más me ha impactado.
EUGENESIA: LA CIENCIA HUÉRFANA
Adam Parfrey
Se suele considerar que la eugenesia es una ciencia falsa que empezó con “Mein Kampf” y acabó con los experimentos del Dr. Mengele. No es así. La “planificación familiar” y la “ingeniería genética” son los actuales equivalentes eufemísticos, y, como veremos, los eufemismos son a menudo una forma de matarte suavemente con una nueva canción. (Juego de palabras con Killing me softly with his song, cantada por Roberta flack en 1973)
La eugenesia es la aplicación práctica de la teoría genética para fortalecer el material genético de la especie humana (eugenesia positiva) o para eliminar la escoria genética (eugenesia negativa). A finales de siglo, la eugenesia se vendió como un imperativo moral. Para las amas de casa y esposas de la época, la eugenesia significaba una toma de conciencia de la salud aplicada de una forma positivista y dirigida por la ciencia. Para los científicos sociales, la eugenesia era una forma de incrementar la calidad de la humanidad semejante a la cría de razas de ganado más resistentes. Los supuestos resultados serían benéficos: un constante incremento de la inteligencia del hombre y una disminución del crimen y los defectos de nacimiento. Muchos estados americanos se mostraron a favor de la eugenesia, promulgando leyes de esterilización para los físicamente no aptos. A finales de los años veinte, muchos millares de deficientes mentales y de criminales violentos se habían sometido a la esterilización obligatoria, en lo que supuso una incursión científica y legislativamente aprobada en el reino de la sociología preventiva.
A mediados de los años treinta, sin embargo, la eugenesia fue convirtiéndose cada vez más en sinónimo de racismo y de seudo ciencia. Las hostilidades con Alemania se estaban incrementando, y la política racial de los nazis era vulnerable a la propaganda aliada ya que tanto americanos como británicos se sentían amenazados por las alusiones a la superioridad racial teutónica. Aparecieron grandes cantidades de tratados y libros antinazis, ridiculizando el mito del superhombre ario. Es irónico observar, sin embargo, que los Tribunales de Población alemanes sólo estaban imitando la política eugenésica americana.
Ya en 1930, Hitler revela a su consejero económico Wagener:
Eugenesia = odio racial se convirtió en una ecuación difícil de deshacer en un país de odiadores de los hunos. Pero en los años veinte, los eugenista aceptados no tardaron en distanciarse de aquellos que, como Madison Grant y Lothrop Stodard, promocionaban teorías de superioridad racial nórdica derivadas de De Gobineau.
Al repudiar la genética aplicada, sin embargo, surgió una tiranía de naturaleza muy diferente. El anuncio de Grigori Lysenko a finales de los años treinta de que no existen los rasgos hereditarios, que todos los rasgos están determinados por el entorno, abrió el camino para la reorganización del espíritu ruso a imagen y semejanza de Iosiv Stalin. El rechazo de las teorías de la herencia hizo más fácil que los gobernantes soviéticos esperasen lealtad inquebrantable a las fuertes inoculaciones de dogma comunista. Aldous Huxley y otros escritores de ciencia ficción pintaron cuadros de pesadillas eugenésico-tecnológicas, de resplandecientes cadenas de montaje posparto con pezones de acero inoxidables incluidos. (En una época posterior de su vida, Huxley descubrió que el proceso de crianza {sin regulación} podría ser una pesadilla mucho mayor).
En los EE UU, una teoría de la inteligencia basada en el entorno proporcionó la base legal para demandas de racismo contra instituciones que utilizaban la prueba del cociente intelectual y el SAT en las que los asiático-americanos y los blancos puntúan mucho más alto que los hispanos y los negros. El igualitarismo encontró su respuesta en los programas de igualdad de oportunidades, y no en una ciencia que hablaba de ventajas y desventajas genéticas. No hay una imagen más aterradora para el liberal civil que la visión de un estado embriagado con las escrituras del darwinismo social.
Después de la II Guerra Mundial, en la estela del sentimiento antinazi generalizado, científicos respaldados por la UNESCO como el antropólogo Ashley Montagu inundaron las librerías, las universidades y los centros académicos con libros como Man´s Most Dangerous Myth, una denuncia descalificadota del {fascismo de las gónadas}. Más recientemente, la antorcha antieugenésica ha sido recogida por periodistas-científicos como Stephen Jay Gould (The Mismesure of Man), Allen Chase (The Lagacy of Malthus) y Daniel Kevles (In the name of Eugenics). Sus volúmenes refutan, en la tradición de la propaganda americana y británica antinazi, las premisas morales (y las verdades científicas) de la eugenesia. Kevles concluye en su libro: {… cuantos más expertos se han vuelto los científicos genéticos, más han erosionado la autoridad de la costumbre moral en el comportamiento médico y reproductivo}.
El confuso papel de la UNESCO respecto a la eugenesia (primero a favor, luego en contra) merece la pena ser observado, ya que describe como se orienta la regularización del nacimiento en una u otra dirección únicamente con intenciones políticas. G. Broca Chisholm, antiguo director de la organización Mundial de la Salud, articulaba el aparente objetivo de la UNESCO: {Lo que la gente en todas partes debe hacer es practicar el control de los nacimientos y el mestizaje para crear una sola raza en un solo mundo bajo un solo gobierno} ( revista U.S.A., 12 de agosto de 1955). Una afirmación como la de Chisholm demuestra que una versión de la eugenesia más acorde con los ideales humanistas se disculpa bajo la rúbrica de la libertad sexual y la igualdad racial, mientras que los objetivos de los primero eugenistas de mejoría intelectual y moral de la especie siguen siendo malditos como si fueran diabólicos.
En el libro, después de esto encontramos una recopilación de textos en orden cronológico defendiendo el control eugenésico. Textos de Bertrand Russel, Darwin, Hitler, Havelock Ellis, Dr. Alexander Graham Bell, Platón (La república), Antiguo Testamento (números 12:1), entre otros.
Solo citaré la lista de paises que aprobaron la legislación de la esterilización: 1907-1931Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Estados Unidos, la ciudad libre de Danzig, Suiza, Inglaterra, Bermudas, Canadá, Méjico, Japón, Alemania.